La reprografía es una palabra conocida en las artes
gráficas, pero la mayoría de los clientes de las empresas de impresión lo
desconocen. Sin embargo, todos los métodos de reproducción masiva de piezas se incluyen
en ese concepto. Como ejemplo tenemos a las fotocopiadoras, impresoras láser o
de tinta, digitalización, etc.
Esta palabra está compuesta por los vocablos
reproducción y grafía. El consiguiente término incluye a todas las técnicas que
pueden crear piezas gráficas idénticas sobre un soporte. Se entiende que las
fotocopias, serigrafia, fotografía, etc. son procedimientos que sirven a propósitos
reprográficos.
Historia de la reprografía
La imprenta de Gutenberg es el primer
sistema moderno de reprografía
del que se tiene registro. La máquina creada en el año 1450, aproximadamente, fue
el primer medio de reproducción industrial de textos e imágenes.
En ese entonces se usaba tinta oleosa impregnada
sobre piezas metálicas llamadas tipos. Cada uno de ellos se labraba con una
forma determinada que podían ser letras e imágenes. Luego, se ejercía presión sobre
el papel con los tipos para que el pigmento quedará impregnado.
La imprenta fue la técnica de reprografía por
excelencia durante mucho tiempo. Recién en 1808 se inventó el papel carbón para
calcar y tuvieron que pasar 35 años para que se patentara la primera máquina de
escribir en 1843.
Posteriormente, se desarrollaron otras técnicas
como el facsímil en 1873, que se vale de la fotografía y la serigrafia para
elaborar copias exactas. Estas técnicas se usaban sobre todo para reproducir
copias fieles de libros y registros históricos que no deben ser manipulados para
evitar su deterioro.
Tuvo que pasar casi un siglo para que se
empezara a comercializar las primeras fotocopiadoras Xerox 914 en 1959. Y así, empiezan
a desarrollarse las técnicas de reprografía que todos conocemos hasta la actualidad.
Aplicaciones de la reprografía moderna
La publicidad y propaganda son dos campos
de trabajo que recurren frecuentemente a la reproducción masiva de texto e imágenes.
Desde pequeños folletos hasta gigantografías deben ser elaboradas de manera repetitiva
y exacta para cumplir con los propósitos comunicativos de empresas e
instituciones.
Por otro lado, las labores diarias de
empresas que se dedican a elaborar documentos casi siempre requieren de la elaboración
de copias. En ese caso, entran en escena los equipos de reprografía como impresoras de oficina o máquinas
para el fotocopiado.
Adicionalmente, la digitalización de
documentos está irrumpiendo con fuerza. Esto se debe a que las empresas desean
mejorar su gestión documental están optando por convertir sus registros del
papel a la imagen digital. Este proceso tiene propósitos múltiples, desde la creación
de copias de respaldo a la reproducción rápida y exacta de documentos.
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